México y Estados Unidos firman acuerdo que elimina el TLCAN

Estados Unidos y México alcanzaron un acuerdo preliminar para revisar partes clave del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, un paso fundamental para reavivar el acuerdo comercial de veinticuatro años de antigüedad y que estuvo cerca del colapso durante el último año de negociaciones.

El presidente estadounidense Donald Trump dijo en una conferencia que el pacto se llamará Acuerdo Comercial de Estados Unidos y México porque quiere dejar atrás el nombre TLCAN (NAFTA en inglés) por las connotaciones negativas que tiene el término. Trump ha calificado el TLCAN como el peor acuerdo comercial de la historia de su país.

A la reunión en la Casa Blanca acudieron los ministros de Relaciones Exteriores y de Economía de México, Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo, y el presidente mexicano Enrique Peña Nieto se sumó por vía telefónica. En varios tuits, Peña Nieto dijo que también habló recientemente con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, para que se incorpore a lo negociado tan pronto como finales de esta semana y se logre así un acuerdo trilateral.

Alcanzar este acuerdo para revisar partes del TLCAN les daría a los tres países un respiro en medio de la guerra comercial que Trump empezó con países de todo el mundo, incluidos los socios del TLCAN —México y Canadá—, al igual que la Unión Europea y China.

Sin embargo, el pacto preliminar se queda corto en comparación con una renegociación total del tratado norteamericano, pues aún no incluye a Canadá. Aunque ese país es parte, ha estado ausente de los diálogos recientes en Washington.

En varias ocasiones, Trump ha amenazado con clausurar las negociaciones con Canadá y solamente tener acuerdos bilaterales separados. Aunque esto es poco probable debido a la oposición de México, de legisladores estadounidenses y de las industrias norteamericanas que dependen del libre comercio trilateral.

Las relaciones comerciales de Ottawa y Washington se han deteriorado por las acusaciones de Trump contra los canadienses sobre productos lácteos y las afirmaciones del gobierno de Trudeau de que no firmará un acuerdo que no le favorezca.
El viernes, la canciller canadiense, Chrystia Freeland, dijo que Canadá estará “contenta” de reincorporarse a las negociaciones en cuanto haya más avances en los temas espinosos entre México y Estados Unidos, como lo sería este pacto preliminar. “Ya que se resuelvan los temas bilaterales, Canadá se unirá al diálogo para trabajar temas tanto bilaterales como trilaterales”, dijo Freeland.

Un TLCAN renegociado deberá conseguir el visto bueno legislativo en Estados Unidos antes de entrar en vigor. El pacto preliminar está centrado en temas de la industria automotriz y resuelve así una importante fuente de fricción, pero no toma en cuenta otros temas polémicos que afectan a los tres países signatarios.

Para que no haya tarifas arancelarias con el TLCAN, las empresas automotrices deberán manufacturar en América del Norte el 75 por ciento del valor del automóvil, una proporción mayor a la actual del 62,5 por ciento. También se requerirá que utilicen más aluminio, acero y autopartes locales, y que una proporción del vehículo sea fabricada por trabajadores que ganen al menos 16 dólares la hora; eso sería un impulso para las maquilas canadiense y estadounidense.

En los últimos días hubo diferencias sobre cómo conciliar estas reglas con las tarifas arancelarias que Trump ha amenazado con imponer a las automotrices y sobre medidas para afianzar en el tratado la liberalización del sector petrolero y de gas mexicano, reformas que el gobierno electo que asume en diciembre ha criticado. Ildefonso Guajardo, el actual secretario de Economía de México, dijo el domingo que Jesús Seade, el negociador principal designado por el gobierno electo de Andrés Manuel López Obrador, ya estuvo involucrado en las discusiones sobre los acuerdos energéticos.

Trump, además, ha generado hasta ahora mucha incertidumbre respecto a las negociaciones del TLCAN, aparentemente con la idea de que esa estrategia le da ventaja a los negociadores estadounidenses. Canadá y México están entre los países afectados por los aranceles al acero y aluminio y la Casa Blanca ha amagado con agregar tarifas a la producción automotriz

Fuente: The New York Times

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