Desde mediados de octubre, una bebida empieza a copar las vitrinas de restaurantes y hasta la cocina de hogares. Se trata de la colada morada.
La colada morada tuvo su aparición en la época prehispánica por parte de los pueblos ancestrales que veían a la muerte como una fase de la existencia del ser humano al trascender a otro mundo o hacia una nueva vida.
El chef Miguel Burneo cuenta que antes se tenía la tradición de desenterrar a los muertos para compartir con ellos esta temporada. Sin embargo, la colonización tuvo impacto fuerte en la tradición que desterró esta visión y práctica lo que derivó que se introduzca otra manera de ‘compartir’ con ellos.
Con el tiempo, esto fue modificando y sobre el siglo XIX ya se tiene registro de estos platos que eran parte de la tradición oral de los antepasados. En varias generaciones se había convertido en una tradición que los abuelos prepararan la bebida y esta sea consumida en familia.
El simbolismo de este plato está dirigido hacia que la guagua de pan representa al difunto, mientras que la colada morada es la sangre.
Burneo destaca que además de la cosmovisión que encierra la bebida, también permite la integración de ingredientes de tres regiones del país como es el mortiño del páramo, la piña de la Costa y el ishpingo de la Amazonía.
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