Tras la caída en el precio petrolero, junto con una menor demanda de exportaciones mexicanas, y la incertidumbre provocada por las elecciones presidenciales en Estados Unidos, su mayor socio comercial. México tomó decisiones acordes con las imperiosas necesidades que planteaba el contexto internacional a principios de 2017.  

Con el fin de proteger la economía familiar, además de fomentar las inversiones y la creación de empleos, preservar la estabilidad económica y fortalecer la cultura de la legalidad y el Estado de Derecho, se firmó el Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar. En él participan el Gobierno mexicano y los principales consejos empresariales, sindicales y productores del campo.

Gracias a los diversos instrumentos por parte de sectores integrantes del Acuerdo, la economía mexicana muestra una tasa de 3% (desestacionaliada), lo que ha hecho que los analistas ajusten sus expectativas de crecimiento para México; esto quiere decir que hay un amplio potencial para que las empresas mexicanas puedan enlistarse en la bolsa de valores y así contribuir a apuntalar la productividad, la creación de empleos y el crecimiento económico del país.

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