Dulces mexicanos, herencia mestiza de la Conquista

Los dulces mexicanos, además de ser una tradición gastronómica regional y nacional, forman parte de la historia por ser una herencia mestiza de la Conquista

Este arte culinario pasó de los conventos a las fábricas artesanales, fusión de la cocina española e indígena, trascendió desde la época colonial en manos de monjas y esclavas mulatas hasta ser parte hoy de la cultura mexicana.

Puebla, estado central de la República, cuenta con el mayor número de dulces típicos, seguido del Estado de México, Guanajuato, Michoacán y Tlaxcala. Con más de 300 dulces, además del camote con sabor a frutas, destacan en Puebla los borrachitos, rollitos de harina y azúcar con un poco de licor; los mazapanes, pasta de cacahuate; y los muéganos, de harina de trigo y caramelo.

Afrutados, endulzados o enchilados, los tradicionales dulces mexicanos, que nacieron como un alimento energético para largos viajes, se mantienen en el mercado a bajo costo como una opción nutritiva para trabajadores y estudiantes.

La variedad de productos es una tradición muy importante desde hace años en México, donde a la vez de consumirse crean nostalgia al rememorar la infancia o el recuerdo del país cuando se viaja o vive en el extranjero.

Aunque todo el año se encuentran dulces típicos en las calles y en los mercados, estos deliciosos bocados tienen fechas particulares, como: septiembre, con motivo de las fiestas patrias, el día de muertos en noviembre y las fiestas de diciembre.

 

FUENTE: Revista Vanguardia

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